"En la vida hay
muchas formas de posicionarse. Hay personas que van con el corazón abierto y su
verdad por delante.
Otras prefieren dejar una rendija por donde mirar y aún así
asomarse con una coraza... Incluso muchas otras, no abren nunca ni puertas ni
ventanas por si el aire que llega les descubre sus miserias.
No dudo que hay
momentos en los que uno puede estar confuso y actuar mal. Puede incluso, que
debido a una situación inesperada, sorpresiva, enredada o equívoca nos
comportemos como nunca hubiésemos creído de nosotros mismos.
Los impulsos
incontrolados nos llevan a responder indebidamente muchas veces. Es necesario
pensarlo una vez, dos, tres... Diez mil antes de contestar, antes de actuar... Y sin
embargo, el ego salta como siempre con sus plumas avasalladoras tratando de
quedar por encima de las situaciones y brillar más que nadie.
Sería una ayuda
inconmensurable tener un semáforo en el cerebro y poder ver la luz ámbar cuando
estemos a punto de cometer un error, incluso antes de pronunciar una palabra o
de responder con un acto, frenarnos en seco ante el poderoso rojo de prohibición.
Otras veces sin embargo, creo que tenemos que equivocarnos una y otra vez... Con
la esperanza de aprender algún día.
Nunca será tarde porque si logramos que ese
aprendizaje nos salve de una nueva caída habremos logrado hacer de la teoría
una práctica de resultados inestimables.
Muchas veces he
querido cambiar mi impulsividad por el relajado y sereno ánimo de dejar pasar
el minuto donde la rabia aparece.
Muchas veces me he dicho a mi misma que puedo
conseguirlo.
Muchas son también las que me doy cuenta que aún me van a sobrar
ocasiones en las que poder seguir pidiéndolo.
Seguramente debe ser así
porque la historia siempre se escribe con las viejas caídas que ya se han
cometido.
Sin embargo, avanza y eso me deja la esperanza de que también yo algún
día tendré una historia propia en la que al final haya sido capaz de aprender."
Nunca es tarde
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