Cuando otro actúa de esa manera, decimos que tiene mal genio;
pero cuando tú lo haces, son los nervios.
Cuando el otro se apega a sus métodos, es obstinado;
pero cuando tú lo haces, es firme.
Cuando a el otro no le gusta tu amigo, tiene prejuicios;
pero cuando a ti no te gusta su amigo, sencillamente muestras ser un buen juez de la naturaleza humana.
Cuando el otro hace las cosas con calma, es una tortuga;
pero cuando tú lo haces despacio es porque te gusta pensar las cosas.
Cuando el otro gasta mucho, es un despilfarro;
pero cuando tú lo haces, eres generoso.
Cuando el otro encuentra defectos en las cosas, es maniático;
pero cuando tú lo haces, es porque sabes discernir.
Cuando el otro tiene modales suaves, es débil;
cuando tú lo haces, eres cortés.
Cuando el otro rompe algo, es torpe;
cuando tú lo haces, eres enérgico.
¿Por qué te fijas en la astilla que tiene en el otro y no te fijas en la viga que tienes en el tuyo?
Veamos las virtudes de los demás, y dejemos de juzgar, que conforme a nuestro juicio seremos juzgados.
Besos y Abrazos
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